Maladeta (3.312 m) y Torre Cordier (3.052 m)
Ascensión con esquís de travesía a los picos Maladeta (3.312 m) y Torre Cordier (3.052 m) por el refugio de La Renclusa
Seguimos en el macizo de las Maladetas y esta vez nos planteamos ascender el pico Maladeta con esquís y practicar así la travesía para este invierno. La temporada 2016-17 empezó bastante prometedora a finales de verano, pero ahora en Diciembre parece que la cosa cambia. Aun así, las nieves caídas en Noviembre permiten hacer buenos ascensos y bajas con las tablas en cotas superiores de los 2100 en la cara norte. Con el material usado un par de días por esta misma ladera decidimos estrenarlos con una Maladeta invernal y un corredor muy trillado. Al parecer el Aneto resulta más inaccesible y pocos son los atrevidos en cruzar el Portillón Superior.
Aneto visto desde la Maladeta.
- Situación: Pirineo de Huesca - Valle de Benasque - Macizo de la Maladeta
- Desde: Refugio de La renclusa
- Desnivel +/-: 1.320 m / 1.320 m
- Distancia total: 9,5 km
- Tiempo: 8 h 30 min
- Dificultad máxima: Corredor de la Rimaya (PD/100m/50º máx.)
- Fecha: 05/12/2016
- Tipo de ruta: ida y vuelta
- Track: descargar track en Wikiloc
Partimos pasadas las 7 de la mañana del refugio de La Renclusa en dirección
a los ibones de Paderna, intentando hacer la ruta de invierno. En el collado
antes de llegar al ibón comenzamos a ascender en dirección hacia la Maladeta.
Hasta este punto la nieve es polvo con una costra a unos 20cm de profundidad o
directamente se foquea por esa costra, por lo que el ascenso es algo costoso.
Tampoco hay huella abierta y la poca que queda es arrasada por los esquiadores
que bajan.
Primeros rayos de luz sobre el Pic d'Estauas.
Ascenso hacia las Popas.
Pronto nos plantamos en el barranco de la Maladeta y comenzamos a subir
hasta las famosas Popas. Desde aquí intentamos enlazar poco a poco con la
huella de raquetas que sube siguiendo la ruta normal de verano. Atravesamos
todo el glaciar, ahora cubierto de nieve, y llegamos hasta la huella. Aquí nos
mantenemos hasta llegar a la base del Corredor de la Rimaya.
Algún tramo en el barranco de la Maladeta era más rápido subir andando que con esquís, nieve dura.
Huella de raquetas hacia el corredor.
Pico de la Rimaya y en la parte de la derecha Corredor del Pico de la Rimaya. Todavía no muy practicable aunque en este día lo han subido 2 personas, 3 se dieron la vuelta.
Dejamos los esquís abajo y comenzamos con crampones y piolet el ascenso por
el corredor. Para estas fechas la huella está muy bien hecha y parece más una
escalera. Aun así hay que extremar las precauciones y dar pasos firmes y seguros.
Una caída aquí podría suponer un susto fuerte.
Inicio corredor de la Rimaya.
Subiendo el corredor.
Pico de la Rimaya y glaciar de la Maladeta.
En ocasiones veo procesiones. Corredor de la Maladeta.
Llegando a la salida del corredor.
Una vez en lo alto del corredor, ya sólo nos quedan los últimos metros de
pala hasta la cima de la Maladeta. Las vistas son espectaculares, tanto hacia
el norte como hacia el sur. Se divisan puntos con bastante nieve al sur otros
con menos. Los restos de los glaciares de la Maladeta y el Aneto a ambos lados
del pico. Fabulosa la vista hacia el pico Vignemale y su glaciar.
Macizo del Posets y Vignemale desde la cima.
Panorámica hacia el noreste.
Panorámica hacia el sur.
Intentamos hacer el pico Abadías por la cresta, pero un paso expuesto un
tanto delicado con piedra suelta y nieve poco firme nos hace dar marcha atrás.
Volvemos al corredor y comenzamos el descenso, algo más delicado que subir.
Inicio de la bajada del corredor.
Corredor desde la parte inferior.
Retomamos los esquís y durante el descenso nos acercamos a la Torre Cordier
o Muela de la Maladeta (3.052 m). Con los esquís desde aquí es un paseo,
consiste en hacer una diagonal atravesando el glaciar de la Maladeta hasta el
pie del pico Cordier. De nuevo dejamos los esquís, subimos unos 20 metros hasta
alcanzar la cresta norte, la recorremos y unos 15 min hacemos cima en la Torre
Cordier.
Hacia la Torre del Cordier.
Volviendo de la Torre.
A la izquierda cima de la Torre Cordier.
Retrocedemos por la huella acierta hasta los esquís, nos los ponemos y
comenzamos el descenso hacia el refugio. Lo cierto es que resultó un tanto engorroso.
Cambios muy bruscos de nieve dura a nieve polvo y suelo irregular muy venteado.
Aun así llegamos al refugio a buena hora y con buen sabor de boca tras estrenar
temporada de invierno y con ganas de hacernos pronto el coloso del Pirineo en
invierno.
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